Este 23 de julio de 2025 el mundo del rock y el metal se detuvo: Ozzy Osbourne ha fallecido a los 76 años. La noticia ha sacudido a millones de fans, músicos y medios de todo el planeta. No es solo la pérdida de un cantante: se va una de las figuras más icónicas y queridas de la historia de la música. Su legado, sin embargo, es inmortal. Con Black Sabbath, Ozzy dio forma al heavy metal en los años 70, abriendo caminos oscuros, densos y poderosos que influenciarían todo lo que vino después. Luego, en solitario, se reinventó con discos como Blizzard of Ozz o No More Tears, dejando himnos como “Crazy Train”, “Mr. Crowley” o “Mama, I’m Coming Home”. Su voz única, su presencia escénica salvaje y su carisma inimitable lo convirtieron en un ícono que traspasó generaciones. El impacto de su muerte es global. Todas las grandes bandas del rock y heavy metal reconocen a Ozzy como una figura esencial en el desarrollo de todos los subgéneros del metal: doom, black, thrash, industrial, stoner, groove… Ozzy era un pilar. Y su música, su actitud y su leyenda seguirán guiando a toda una cultura que hoy lo llora, pero que también lo celebra. RIP Ozzy. Gracias por tanto.